A mi hijo se le ponen los ojos rojos en la piscina… ¿Qué puedo hacer?

En un post anterior os explicábamos el verdadero causante del ojo rojo en las piscinas: las famosas cloraminas. Las cloraminas se producen cuando restos orgánicos de los bañistas como sudor, orina, etc entran en contacto con el cloro de las piscinas. El resultado: un compuesto derivado del cloro que es un agente irritante de la piel y de las mucosas (ojos, garganta, etc).

En el anterior artículo os recordábamos la importancia de seguir las normas básicas de higiene para evitar que se formen las cloraminas (ducharse antes del baño, emplear gorro, etc). Pero si aún así vuestro hijo sigue teniendo los ojos rojos en las piscinas, aquí os dejamos algunas recomendaciones útiles.

Los ojos se ponen rojos tras las piscinas debido a una combinación de factores. Por un lado, la existencia de agentes irritantes en las piscinas o microorganismos pueden perjudicar los ojos de los más pequeños. Por eso, siempre recomendamos emplear gafas de natación adecuadas para evitar un contacto directo con el agua de las piscinas.

Además, es frecuente que el cloro y otros compuestos presentes en el agua de las piscinas o el mar terminen empeorando la sequedad ocular que tienen algunos niños.  Utiliza lágrimas artificiales para hidratar el ojo después de bañarte en el mar o en las piscinas.

Y lo más importante: insistir en evitar el uso de las lentillas si nos bañamos en el agua de mar o piscinas. Ahí crecen microorganismos que pueden adherirse a las lentillas y terminar produciendo una infección en la córnea (queratitis).

Por último, si el ojo rojo no desaparece a las pocas horas, si el niño se queja de dolor en los ojos, o si nota peor visión, deberías pedir visita en tu oftalmólogo para descartar una posible infección provocada por las bacterias y microorganismos presentes en el agua.

Este verano cuida tus ojos en el mar y piscinas!