¿Cómo es el tratamiento láser del queratocono? ¿Y los anillos?
El queratocono es una enfermedad progresiva de la córnea (la parte transparente que recubre al ojo), como consecuencia de un adelgazamiento y una menor consistencia (fortaleza) de la misma.
Con el tiempo, la zona debilitada y más delgada se vuelve cada vez más curva y deforme, produciendo un aumento del astigmatismo irregular que es difícil corregir con gafas.
Cuando existe un elevado astigmatismo irregular y el paciente no alcanza una buena visión con gafas, recomendamos realizar el implante de anillos corneales asistidos por láser.
Esta técnica es diferente al resto de cirugías láser sobre la córnea.
En este caso, usaremos el láser para tallar de forma muy precisa un pequeño túnel dentro de la córnea que permita el implante de los anillos corneales.
¿Qué son los anillos intracorneales?
Son segmentos con forma de arco circular de diferentes grados y grosores que se introducen en el interior de la córnea para mejorar la deformidad que el queratocono le produce.
Son de un material biocompatible y transparente (no produce nunca rechazo ni alergia).
¿Por qué emplear el láser?
La técnica original de la implantación de anillos dentro de la córnea fue descrita empleando un cuchillete que el cirujano utilizaba para tallar el túnel dentro de la córnea. En aquel entonces la cirugía era totalmente manual, y en función de la fuerza y presión que el cirujano ejerciese sobre la córnea el tallado del túnel era más o menos regular.
La llegada del láser de femtosegundo revolucionó la cirugía del queratocono.
Con el láser de femtosegundo el cirujano puede configurar el diseño del túnel deseado en cada caso:
- Ajustar la profundidad del túnel
- Ajustar las micras de longitud
- Ajustar los grados de circunferencia necesarios
Por todo ello, el implante de anillos con láser de femtosegundo se ha vuelto una técnica mucho más segura, predecible y con mejores resultados visuales.
¿Cómo es la cirugía y la recuperación?
La cirugía láser del queratocono con implante de anillos es una cirugía ambulatoria, rápida (15 minutos) y sencilla. La anestesia se realiza con gotas y el paciente se reincorpora al día siguiente a su actividad habitual.
En Clínica Villoria tenemos más de 10 años de experiencia en estas técnicas.
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