¿Cuál es la tensión ocular normal?
Casi toda la población identifica el padecer un glaucoma con tener alta la tensión ocular. Esto es cierto, pero sólo en parte; ya que el hecho de tener una tensión ocular considerada como “normal” no implica que no podamos tener un glaucoma, o que su daño pueda seguir progresando.
En este artículo trataremos de daros las claves sobre la tensión ocular y el glaucoma.
¿Qué es el glaucoma?
Es una enfermedad degenerativa, en la que vamos perdiendo las neuronas del nervio óptico y de la retina.
Los tipos más frecuentes de glaucoma se asocian a tener una tensión ocular elevada.
La evidencia científica demuestra que lo único que podemos hacer para frenar el daño del glaucoma es bajar la tensión ocular si está elevada.
Pero… ¿Cuál es la tensión ocular normal?
La tensión ocular normal se considera por debajo de 21mmHg.
Esto quiere decir que la población sana tiene en su mayoría una tensión ocular por debajo de 21mmHg.
Y los pacientes con glaucoma, suelen tener la tensión ocular por encima de 21mmHg.
Digamos que 21mmHg se considera un punto de corte a partir del cual identificamos a pacientes que están en riesgo de tener glaucoma.
¿Y si tengo la tensión por debajo de 21mmHg, se descarta el glaucoma?
En ABSOLUTO.
Existen algunos tipos de glaucoma que producen un daño en las neuronas de la retina y del nervio óptico, pero los pacientes tienen la tensión ocular siempre normal (por debajo de 21mmHg).
Debéis tener en cuenta que la tensión ocular sufre variaciones a lo largo del día (entre 2-5mmHg). Y que los pacientes con algunos tipos de glaucoma sufren mayores variaciones que los pacientes sanos (pacientes con glaucoma sufren variaciones de tensión ocular entre 5-10mmHg)
Además, si un paciente tiene glaucoma, en función de la severidad del mismo, nos interesa que su tensión ocular esté por debajo de 18-20mmHg en los casos más leves, o por debajo de 15mmHg en los más avanzados.
¿Qué debo hacer para controlarme el glaucoma?
Medir la tensión ocular no es suficiente.
Debemos estudiar el estado de las neuronas de la retina y del nervio óptico con pruebas estructurales (mediante un scanner de retina llamado OCT), y saber cómo funcionan (mediante pruebas funcionales, como el Campo Visual).
Una vez que tengamos esa información, podremos saber la probabilidad de que ese paciente tenga un glaucoma.
Sin embargo, lo más importante es realizar un seguimiento de esos pacientes con glaucoma o sospechosos de glaucoma. En ellos repetiremos esas pruebas con una periodicidad entre 3-6 meses para conocer la progresión del daño del glaucoma.
En aquellos pacientes en los que encontremos un deterioro progresivo con el tiempo, necesitaremos adoptar otras medidas para controlar mejor la tensión ocular (ya sea con gotas, con un procedimiento láser o mediante una cirugía)
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