Devolver la vista a las personas ciegas, ¿ciencia ficción o realidad?
En los últimos 20 años, la biotecnología se ha convertido en el área de más rápido crecimiento de la investigación científica, con nuevos dispositivos entrando en ensayos clínicos a un ritmo vertiginoso. Titulares como «Un brazo biónico permite a los amputados controlar los movimientos de la prótesis con sus pensamientos» han proliferado en los medios de comunicación en los últimos meses. Ahora, el reto es todavía mayor porque se trata de dar respuesta a una de las preguntas más importantes en la historia de la Oftalmología: ¿Es posible devolver la visión a personas ciegas o con grave afectación de su función visual?
Con casi 40 millones de personas que sufren de ceguera en todo el mundo y otros 124 millones afectados por baja visión, no sorprende que los investigadores estén decididos a desarrollar nuevas formas de restaurar la vista. El camino por recorrer es todavía muy amplio, pero sin duda los avances que se están produciendo en estos tiempos serán decisivos para conseguir el gran objetivo de devolver la vista a quienes no pueden ver.
Esto, que bien podría formar parte de un capítulo de una serie futurista de ciencia ficción, es ya una realidad gracias a la investigación de compañías privadas que están demostrando su eficacia. En realidad, ya en el año 2000, médicos de Illinois implantaron con éxito las primeras retinas de silicio artificial permanente a los ojos de tres pacientes ciegos, pero no fue hasta el año 2013 cuando la FDA (la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos) aprobó la primera prótesis de ojo biónico en el mundo. Se trata de un dispositivo creado por la compañía Second Sight Medical Products que puede usarse para tratar la retinosis pigmentaria, la causa de degeneración hereditaria de la retina más frecuente y que sólo en España afecta a más de 25.000 personas y a más de 1,5 millones en todo el mundo.
La retinosis pigmentaria es una condición genética ocular en la que las células de la retina, que son responsables de traducir los rayos de luz en imágenes en el cerebro, se deterioran gradualmente. Las personas que lo sufren empiezan a perder la visión periférica primero, lo que se podría traducir como si uno mirara a través de un tubo alargado, de tal manera que ve justo lo que está en el centro, pero no es consciente de lo que le rodea. Cuando la enfermedad avanza, tendrá más difícil ver durante la noche hasta que su visión central se pierde también.
Precisamente, la prótesis de la retina Argus II de Second Sight está dirigida a esta población, puesto que puede proporcionar la visión a través de la detección de la luz, pero también está empezando a probarse en quienes padecen una enfermedad ocular mucho más común, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). El sistema se divide en dos partes: incluye una pequeña cámara que está montada sobre unas gafas y una pequeña serie de electrodos que se implantan en la parte posterior del ojo, en la retina. Lo que la cámara ve se convierte en señales que se transmiten de forma inalámbrica al implante de la retina. En respuesta, los electrodos del chip estimulan las células de la retina, haciendo que envíen la información entrante al nervio óptico para que pueda ser procesada por el cerebro.
Caso real de paciente operada con ojo biónico Argus II.
El Argus II, al igual que cualquier otro sistema de ojo biónico, no es capaz de restaurar la visión completamente normal, nítida, pero la funcionalidad que da a las personas que anteriormente sólo podían percibir la luz brillante no es insignificante.
Limitaciones de los ojos biónicos
Aunque el sistema Argus II permite a las personas discernir luz, movimiento y formas, todavía no restablece la vista en la medida en que algunos puedan esperar. Esta limitación se debe en gran parte al hecho de que el implante actual tiene sólo 60 electrodos. Para ver naturalmente, necesitaríamos alrededor de un millón.
Sin embargo, algunos usuarios consiguen ver lo suficientemente bien como para leer libros de gran formato y cruzar la calle por su cuenta. Otra limitación del actual sistema de prótesis de retina Argus II es que no permite a los usuarios percibir los colores. Y, además, no son dispositivos especialmente económicos. Los modelos actuales rondan los 150.000 dólares (unos 125.000 euros) y no están cubiertos por la sanidad pública.
El futuro de los ojos biónicos
Las iteraciones futuras del sistema Argus II probablemente incluirán implantes avanzados con un mayor número de electrodos que son capaces de producir una visión más nítida y funcional y es más que probable que los implantes en el futuro también puedan producir algún grado de visión del color.
Además del ojo biónico de Second Sight, los investigadores en otros lugares están probando dispositivos con aún más electrodos, así como dispositivos que pasan por alto la retina y estimulan el cerebro directamente.
Investigación en España
España también quiere sumarse a las investigaciones que se están desarrollando en todo el mundo y, además de las clínicas privadas que ya han venido realizando pruebas reales con ojos biónicos, el Hospital Universitario La Paz de Madrid ha anunciado que pondrá en marcha un proyecto de investigación que permita a pacientes ciegos con retinosis pigmentaria recuperar parcialmente la visión mediante el implante de prótesis biónicas en la sanidad pública, siempre y cuando se consiga financiación suficiente para este proyecto.
En este caso se usará una retina biónica, diseñada por Pixium Vision, equipada con una innovadora cámara bioinspirada que imita el funcionamiento de la retina humana. También incluye un implante epi-retinal con 150 electrodos, diseñado para ser intercambiable, ofreciendo al paciente la posibilidad de uso de tecnologías futuras.
Sea como fuere, parece evidente que el ritmo exponencial al que asistimos en los cambios tecnológicos provocará novedades importantes en este campo de actuación en los próximos años.