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    Mi hijo tuerce un ojo… ¿Es un estrabismo?

    El estrabismo es una enfermedad visual en la que los dos ojos miran en direcciones diferentes 

    La desviación puede ser hacia dentro, hacia fuera, hacia arriba y hacia abajo.

     

    Esta desviación puede existir constantemente, o sólo aparecer en algunos momentos de cansancio, esfuerzo visual, fiebre, desatención, mirada de lejos o de cerca. 

    El estrabismo puede aparecer en los primeros meses de vida, o puede aparecer hacia los 4 años de edad. En ocasiones, puede aparecer en adultos. 

    A veces es el mismo ojo el que siempre está desviado; mientras que en otros estrabismos se desvía un ojo u otro indistintamente. 

    Hay varias causas que justifican la aparición del estrabismo, como los defectos de graduación (hipermetropía), la baja visión de un ojo, algunas enfermedades neurológicas,… aunque en la mayoría de los estrabismos en niños no hay una causa que los haya producido. 

    ¿Qué ocurre si no tratamos el estrabismo? 

    Lo normal es que los dos ojos miren al mismo objeto, y el cerebro perciba esas dos imágenes (una de cada ojo) para formar una imagen en 3 dimensiones, que nos da la sensación de profundidad y de relieve. 

    Cuando los ojos están desviados, las dos imágenes que llegan al cerebro son diferentes, y se anula la visión del ojo desviado para que el niño no vea doble. Esto provoca que se pierda la visión en 3 dimensiones. 

    Además, ese ojo desviado es anulado por parte del cerebro, y se detiene su desarrollo visual. Esto provoca un ojo vago. 

    ¿Cómo se trata un estrabismo? 

    Lo primero que debemos hacer es corregir las causas que lo han producido: corregir los defectos de graduación (hipermetropía, astigmatismo o miopía). En algunos casos, poniendo las gafas adecuadas podemos curar el estrabismo. 

    En segundo lugar, cuando el cerebro haya anulado la visión del ojo desviado, debemos estimular ese ojo vago para tratar de recuperar esa visión perdida. Para ello, tapamos con un parche el ojo bueno durante unas horas al día para forzarle al niño a que utilice ese “ojo vago”. 

    Una vez se han corregido los defectos de graduación y hayamos recuperado la visión del ojo vago, si persiste la desviación, se realiza una cirugía sobre los músculos encargados de mover al ojo. 

    El movimiento de los ojos se produce gracias a la función de 6 músculos en cada ojo, que actúan a modo de poleas o riendas de un caballo. Para volver a poner los dos ojos rectos, la cirugía actúa fortaleciendo o disminuyendo la tracción que ejercen estos músculos. Puede ser necesario realizar la cirugía en un ojo o en ambos, y a veces se necesitan varias intervenciones quirúrgicas. 

     

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